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A medida que avanzaba el siglo XIX, en muchos países de Europa se fue extendiendo un sentimiento nacionalista que aspiraba a desarrollar las identidades culturales de muchos pueblos europeos. En ese momento, la cultura austro-alemana prevalecía en el viejo continente. La música producida a lo largo de los siglos, en forma escrita,en Italia, Francia y Alemania era considerada como música universal. Hasta principios del siglo XIX en los otros países de Europa habían conocido y apreciado la música universal (clásica) a través de muchos artistas que desde Italia, Francia y Alemania se habían trasladado, o habían tenido conciertos en las capitales europeas (Londres, Madrid, Moscú, S. Piedroburgo, Praga, Varsovia, etc.)
La necesidad de afirmar una producción musical nacional estuvo, en algunos casos, ligada a los movimientos independentistas que luchaban por la unidad nacional, en otros al deseo de construir una cultura propia fuerte, con caracteres nacionales bien definidos.
En cuanto a la música más específicamente, la ópera fue un género preferencial, porqué se basaba en historias y leyendas nacionales, pero las obras “con programa” escritas para música instrumental también iban en la misma dirección.
El nacionalismo musical fue más que una referencia a leyendas e historias nacionales. Los compositores introdujeron canciones y bailes tradicionales en su música, compusieron sus melodías utilizando elementos de la música popular, como escalas o ritmos.
Especialmente en Europa del Este, esta necesidad se sintió con mucha fuerza, activando los procesos de redención de la identidad política, territorial y cultural. En algunos casos de verdadera unidad nacional.
Ninguno de los compositores nacionales, sin embargo, rompió inflexiblemente con los maestros que los habían precedido: gran parte de la literatura operística e instrumental se desarrolló sobre los múltiples modelos formales y estilísticos marcados por la cultura musical imperante en Italia, Francia y Alemania.
Elementos y rasgos estilísticos de las culturas nacionales locales confrontados dialécticamente con la tradición musical occidental, generando posiciones poéticas, estéticas y políticas que oscilaron entre el nacionalismo y el cosmopolitismo.
La elección del tema de esta edición del festival pretende poner de relieve, a través de su programación, los principales elementos del importante fenómeno que responde al nombre de nacionalismo musical. En particular, el fenómeno que se desarrolló en algunos países de Europa del Este y que tuvo gran impacto cultural, social y político en Rusia, la antigua Checoslovaquia (hoy República Checa y Eslovaquia), Rumanía y Bulgaria, Hungría y Polonia. En todos estos países la aparición de tendencias nacionalistas coincidió con un !orecimiento cultural, musical y excepcional que produjo obras de valor absoluto e importantes obras maestras en la historia de la música occidental.
El período considerado abarca de 1830 a 1915. Es decir, casi un siglo de grandes transformaciones que vio la madurez (1830-1853) y el agotamiento (1853-1889) de la gran época romántica y la irrupción en la escena europea de la era moderna, sus múltiples tendencias y contradicciones (1889 -1915).