La agenda de 26 conciertos se complementó con conversatorios, transmisiones, clínicas de lutería, seminarios y diplomados.

Cartagena vivió durante nueve días un viaje musical que transportó a sus habitantes y visitantes por la música que se creó en los países del Europa del Este durante el siglo XIX. Durante 26 conciertos, el Cartagena Festival de Música atrajo a 11.000 asistentes, quienes disfrutaron de la interpretación de orquestas, cuartetos, tríos y solistas de primer nivel.

Ese elenco de invitados fue el responsable de llevarle al público obras de compositores que se convirtieron en estandartes del repertorio universal a partir de la utilización de elementos tradicionales, como Chopin, Mussorgsky, Liszt, Bartók y Dvorak, entre otros.

Los pianistas Dmitry Shishskin, Marie-Ange Nguci, Janos Balázs y Teresita Gómez, los cuartetos de cuerdas Meccore y Prazak, el violinista estadounidense Giora Schmidt, el grupo vocal búlgaro Eva Quartet, el violonchelista Santiago Cañón Valencia, el Bogotá Piano Trío y la Orquesta de Cámara de Praga, entre otros, cautivaron al público con sus interpretaciones.

Según Antonio Miscenà, director general del Festival, esta edición deja un balance positivo porque tanto el nivel artístico como la participación del público fueron excepcionales.

Añadió que después de dos años en los que se realizaron versiones reducidas por efectos de la pandemia, el evento ya se encamina en una dirección de normalidad. “Esperamos que el año próximo podamos regresar al formato tradicional del festival”, añade Miscenà.

En el balance artístico, el director general destaca, entre otros, la participación de los cuartetos. «El repertorio que había elegido era complejo, necesitaba de músicos que se involucraran mucho más de lo normal. Por eso trajimos solistas como Nguci, Shishskin y Balázs»,  añade.

Además de los siete días dedicados a los compositores de Europa del este, el Cartagena Festival de Música dedicó dos días a compositores colombianos de música de cámara como Adolfo Mejía, Antonio María Valencia, Guillermo Uribe Holguín, Luis A. Calvo y Pedro Morales Pino, entre otros.

Esta sección del festival contó con la participación de algunas de las más destacadas agrupaciones y solistas colombianas, como el Cuarteto Q-Arte, el dúo de la pianista Ana María Orduz y el clarinetista José García y la Orquesta Filarmónica de Mujeres de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, bajo la batuta de Paola Ávila.

El concierto de cierre tuvo como protagonista a la Orquesta Sinfónica de Cartagena, bajo la dirección de Óscar Vargas Orbegozo. Fue una emotiva presentación, con lleno total del Auditorio Getsemaní del Centro de Convenciones de Cartagena, en la que además participaron la violinista Laura Hoyos y la clarinetista Paula Gallego y se estrenó la pieza ‘Homenaje a Cartagena para clarinete, violín y orquesta’ del compositor italiano Aurelio Zarrelli.

El Destival además estrenó un arreglo orquestal de la pieza vocal Cosmic Voice, que el Eva Quartet, una de las sorpresas del festival, interpretó junto a la Orquesta Filarmónica de Mujeres.

Cifras

Artistas invitados: 174

Instrumentos reparados en las clínicas de lutería: 85

Estudiantes participantes en actividades académicas: 50

Empleos generados: más de 300

Escenarios: 6

Conciertos gratuitos: 8

Conversatorios-conciertos: 9

Proyectos pedagógicos y sociales

Como es su tradición, el Cartagena Festival de Música complementó su agenda de conciertos con actividades formativas que lograron aumentar la conexión del público con el repertorio y el impacto en la escena social colombiana. El musicólogo italiano Giovanni Bietti volvió a protagonizar una serie de conversatorios-conciertos que introducían a los espectadores a las estéticas de los compositores. A Bietti se sumó el periodista musical Jaime Monsalve, jefe musical de Radio Nacional, que en dos charlas profundizó sobre el nacionalismo musical en Colombia.

En cuanto a las actividades académicas, en el marco de esta edición se realizó el Diplomado en Interpretación de Música de Cámara para ensambles de vientos y de cuerdas, en asocio con el Conservatorio Giovan Battista Martini de Bolonia (Italia) y con el Conservatorio Adolfo Mejía de la Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar. Las clases presenciales del diplomado se realizaron durante el festival con participación de maestros italianos.

Por otro lado, como parte de la alianza con Italia del festival, se llevó a cabo el Seminario Internacional de Lutería, en el que participaron maestros del Instituto de Educación Superior Antonio Stradivari – Escuela Internacional de Fabricación de Violines de Cremona, quienes impartieron sus enseñanzas a los alumnos a la Tecnología de Construcción y Reparación de Instrumentos de Cuerdas del Conservatorio del Tolima.

A esas actividades se sumaron las tradicionales clínicas de lutería, en las que los lutieres de los centros de lutería de la Fundación Salvi repararon 65 instrumentos de cuerdas y 20 de vientos.

En una nueva estrategia para reforzar su conexión con la población cartagenera, el festival realizó tres transmisiones en pantalla gigante en el Parque Lineal de Crespo. Se proyectaron conciertos grabados en el tradicional Teatro Adolfo Mejía y asistieron cerca de 800 personas.

Entrega especial en el concierto de cierre

Antes de que iniciara el concierto de la Orquesta Sinfónica de Cartagena, se realizó una entrega especial de un violín construido en el Instituto de Educación Superior Antonio Stradivari, una de las escuelas de fabricación de instrumentos de violines de Cremona, ciudad reconocida mundialmente por su arte de lutería.

Julia Salvi, presidente de la Fundación Salvi, y Michele Cavalaro, director del Instituto Italiano de Cultura, le entregaron el violín a Natalia de Arco Jiménez, integrante de la orquesta.